Las personas que disponen su vida fuera de sí mismas, alrededor de otras personas o deseos ajenos, lo hacen por un sentido de falsa seguridad que temen perder.
Es la base de las personalidades depresivas, que precisan grandes dosis de confianza y autoestima. La cuna de la ansiedad donde el miedo crece por no ser uno mismo.
Las personas depresivas se encuentran en situación de desamparo, ansiosos y sedientos, ven el agua frente a ellos…pero no pueden alcanzar a tomarla, porque no han aprendido a obtener algo para sí mismos o no se lo han permitido.
No pueden pedir, no pueden reclamar nada para sí, no pueden ser saludablemente agresivos.
Cuando la situación requiere de asertividad el depresivo se niega a defenderse, reinterpretando la realidad de las cosas y presentándola como inofensiva, la baja autoestima desarrollada no le permite fortalecer su coraje para pedir y poseer.
A la persona depresiva, la dependencia le ofrece aparentemente seguridad, bien sea volviéndose dependiente de alguien o haciendo que alguien sea dependiente de ella.
Su miedo dominante es la perdida en sus distintas manifestaciones, miedo al aislamiento, la separación, inseguridad y soledad. Al proceso de individualización de convertirse en alguien «diferente», diferenciarse significa salir fuera del marco de seguridad de «ser como los demás».
El depresivo trata de combatir el ser diferente de los demás, tener un modo distinto de pensar o sentir, puede relacionarse con el miedo a la perdida porque se experimenta como distancia y alineación.
Por eso tiende hacer todo lo contrario. idealiza a los demás, particularmente aquellos a los que se siente cercano, ve solo lo bueno de su personalidad, excusa sus debilidades e ignora su lado oscuro.
Cuanto más nos volvemos nosotros mismos, cuanto más nos diferenciamos de los demás, menos compartimos con ellos.
Las personalidades depresivas son más dependientes que los demás, sienten ansiedad frente a cualquier separación y hacen todo lo posible por evitarla.
Si una persona depresiva necesita a otra, se esforzara por eliminar tanto como pueda la distancia que las separa.
Estas personas sufren por el abismo que separa el Tú del Yo.
A menudo son aguas calmas que corren en la profundidad, las emociones profundas y la calidez se encuentran entre sus características.
Son afectuosos en sus relaciones emocionales. La resistencia y la capacidad de soportar la tensión son dos de sus virtudes principales.
El depresivo responde siendo «bueno» y se esfuerza en exhibir sus virtudes altruistas: humildad, disposición a renunciar, carácter pacifico, empatía y compasión, llegando en casos extremos a conductas de comportamientos masoquistas.
¿Qué sucedería si alguien, teniendo miedo a ser uno mismo, intentara vivir siempre abandonando su propio Yo y entregándose a los demás?
Para empezar, el otro se convertiría en alguien predominante.
Cuando queremos a alguien, sentimos el deseo de hacer feliz a la persona amada; empatizamos con ella, queremos adivinar sus deseos, pensamos en ella más que en nosotros mismos.
Podemos olvidarnos de nuestro orgullo y experimentar el delicioso intercambio de dar y recibir que hace que nos fundamos con el otro para convertirnos en un «nosotros».
Un amor que quiere darse a sí mismo necesita un vinculo de dependencia, que se convierte en el problema principal de la personalidad depresiva: son más dependientes que otros de una pareja.
Ya sea por su habilidad y predisposición para amar, ya sea por su necesidad de ser amados.
¿Qué podría hacer alguien para no estar sujeto al miedo a la pérdida y la separación?
El único remedio sería desarrollar tanta autonomía e independencia como fuera preciso para no estar tan absolutamente ligado a su dependencia emocional con los demás, sin tener miedo a ser uno mismo.
Esto es precisamente lo que resulta tan difícil para la personalidad depresiva.
El miedo a ser uno mismo, a que la independencia de uno o otro vinculo pueda llevar al alejamiento y por lo tanto a una posible perdida, contiene la enseñanza básica de que todo proceso de diferenciación individual y de independencia nos aísla todavía un poco más.
Psicología Eduardo Ortega 2015
PSICOLOGIA EDUARDO ORTEGA 
6 enero, 2015 en 10:44
«….yo tengo más miedo a ser cómo quieran los demás……un saludo y.felicidades por tu artículo.»
6 enero, 2015 en 22:24
pedazo de post!!…no largo, sino intenso.
8 enero, 2015 en 7:49
Interesante, ¡ FELICITACIONES!
8 enero, 2015 en 13:53
Las personas que no se muestran como son orientan sus conductas para complacer a los demas,tiene una autoestima baja,y una expresividad controlada,reprimen sus emociones y sentimientos por temor a perder el afecto de los otros o temen ser descalificados, es la base estoy de acuerdo de personas depresivas,con un alto grado de inseguridad,temerosidad.que se desestiman y proyectan la desestimacion en los otros,por eso no se muestran como son, estan muy pendientes de la mirada los demas y su opinion,sin poder afirmarse por si mismos.
8 enero, 2015 en 13:55
Es una manera de generar dependencia afectiva el querer agradar siempre al otro
esta condiciones se generan el los primeros meses de vida, cuando se construye el argumento de vida
( apego seguro o inseguro)
8 enero, 2015 en 13:57
YO ESTOY MUY DE ACUERDO CON LO QUE OPINA CLARA ASI ES EL COMPORTAMIENTO DE LAS PERSONAS QUE TIENEN UN AUTESTIMA BAJA HE INSEGURA….
5 diciembre, 2018 en 17:57
Y como se puede cambiar dicho comportamiento?
Hay algun libro o terapia que pueda ayudar al proceso?
12 enero, 2015 en 11:55
muy buen artículo Eduardo. Hace unas horas en la calle reflexioné luego de una terapia grupal que puedo representar para mi acerca del «proteger a otro». Ahora pienso el gran desafío que tiene el depresivo -constantemente exigente y dependiente- de trascender de una relación con los otros donde él sea el protector, el activo, el que vierte la sustancia de la protección por ejemplo en sus hijos cuyo efecto inevitable será una capaz descendencia, qué gran exigencia se le pide, debe estar dispuesto a ser agredido en función de ser asertivo, rechazar a otro, expectante de sentir que la opcion de ser amado se ha ido, y ocurre que acaba de amarse!! «esto no me gusta de ti», y soy fuerte, valiente, esta inseguridad comienza a entibiarse…
14 enero, 2015 en 9:35
Hola Eduardo. Muchas gracias por esta aportación.
14 enero, 2015 en 9:37
Excelente artículo, muy interesante la relación entre dependencia emocional y depresión.
29 enero, 2015 en 9:20
Me gustó mucho lo publicado y por supuesto que se puede sustentar su base en conceptos de diferentes autores y teorías.
G R A C I A S !!!
2 febrero, 2015 en 6:08
gracias eduardo todo lo tuyo hace bien
2 febrero, 2015 en 10:12
Muchas gracias Julian por tu comentario y por dedicar una parte de tu tiempo en visitar el blog, espero que los contenidos resulten de utilidad para tod@s, un saludo.
6 abril, 2015 en 22:26
Reblogueó esto en Antoni Pina-Mendioroz y comentado:
«Las personas depresivas se encuentran en situación de desamparo, ansiosos y sedientos, ven el agua frente a ellos…pero no pueden alcanzar a tomarla, porque no han aprendido a obtener algo para sí mismos o no se lo han permitido.»
17 marzo, 2016 en 15:32
Hola. Buenas tardes Eduardo. Buscando informacion para poder superar o controlar mis miedos. Mejorar mi autoestima y poder encontrarme a mi misma y poder ser Jo misma independendientemente de lo que Digan o piensen los demas. He escogido leer tus escritos. Muchas Gracias. Los estoy leyendo. Credo me seran de gran ayuda. Lo que mas destaco es la claridad y simplicidad de como lo explicas. Me gusta. Un saludo cordial
17 marzo, 2016 en 17:35
Hola Eva, Bienvenida a la web espero que el contenido te resulte de utilidad y te sirva de ayuda, saludos!
4 agosto, 2016 en 8:40
En mi caso vivo reprimiendo mi forma de ser y eso me deprime. La verdad ya me canse. Creo que la vida empieza cuando decidis ser vos mismo
24 marzo, 2017 en 21:18
Me ha gustado mucho la lectura . Invita a pensar. Pero tengo una duda : ¿esto tendría algo que ver con la envidia?
Muchas gracias. Un saludo.
31 julio, 2017 en 6:46
Hola. Soy una chica bastante rara. Es decir, toda mi vida he sido «el bicho raro» pero me gusta realmente ser como yo soy. Hace un par de anios tuve un problema que me hizo tener que cambiar completamente mi personalidad y «adaptarme» a la «sociedad normal». Solo tengo 17, y no soy estúpida, esto ya se salio de control. De repente me agarran ataques de ira con la gente nueva que conozco porque me parece muy aburrida, fuera de contexto. No puedo dar ejemplos de lo diferente que me siento, porque tendría que hablar de toda mi forma de vivir .-. pero en fin. El punto es que llevo 3 anios en esta «burbuja social segura» y nunca me he sentido mas reprimida y sola que nunca. Siento que traicione mis ideales, mi verdadera yo. Mi madre esta encantada con su nueva hija fuera de las malas lenguas de «la chica rara», pero era mas feliz antes de esa forma. Ahora tengo miedo. Tengo miedo de volver a lo de antes y perder todo el avance; que mi madre se moleste conmigo; perder a mis amigos- que aunque son aburridos a veces, me entienden y no hubo otros que me quisieran tanto y me apoyaran como ellos- . Estoy muy triste. Quiero ser yo y ser aceptada por quien soy. No quiero estar condenada a vivir en esa burbuja y nunca probar que soy algo mas, algo aparte.
3 diciembre, 2017 en 15:40
Hola leí este articulo y me describio completamente, llevo muchos años de mi vida tratando de salir de esta situacion y no puedo superarlo, esto ha ocasionado que las personas normalmente y cuando comparten mas conmigo me aparten por mi falta de seguridad y complacencia hacia ellos, se que no esta bien, pero me da miedo que me aislen aun mas, quiero hacerlo, quiero ser yo misma, es dificil de explicar
22 junio, 2018 en 2:21
a mi me parece que son etapas quemadas, cosas que debemos
vivir.
22 junio, 2018 en 12:56
Hola.
Muy bonito artículo. Me ha encantado.
Un saludo.
27 septiembre, 2018 en 7:31
Así me siento, así me siento la mayoría del tiempo y no lo entendía tanto hasta ahora que te leo, y realmente tengo miedo de ser yo misma, y a veces no puedo dormir pensando eso, y que nunca me voy a dejar a mi misma ser feliz
14 octubre, 2018 en 3:05
Muy bueno el artículo, me doy cuenta que tengo miedo de ser yo misma, siempre trato de complacer a los demas, no ofenderlos al final terminan desplazandome por mi falta de seguridad, es horrible quiero corregirlo y ser libre que no me importe agradar o no agradar pero no lo logro, es vez de acercar a la gente siendo auténtica la a lejo.
13 agosto, 2019 en 22:53
Por muchos años padecí de una emoción que no sabía donde encasillarla, si en ansiedad, depresión o estrés, era una sensación de estar incomodo conmigo mismo, de que algo dentro de mí sufría callado, era un llanto perenne, mi mirada pedía ayuda y yo seguía como si nada, haciendo caso omiso, sin escuchar, pero sabía que algo pasaba.
Fui a un psicologo y luego de 2 años de terapia no pudo ubicar el problema ni mucho menos el origen de mi problema y creo yo, un día se obstinó y me dijo cualquier cosa con tal y diera por terminada la terapia. Así que me tomé la tarea de pensar incesamente que era lo que me molestaba o me preocupaba, hasta que un día recordé unos eventos durante la infancia que no imaginaba que tenían un gran significado y una fuerte influencia: estudíe en colegios donde la mayoría de los niños tenían familias con recursos, vamos yo era pobre y los otros digamos clase media bien acomodada, algunos más que otros. Así que sin saber me daba verguenza por ser quien era, intentaba no sólo ocultar quien era yo, sino ocultar a mi familia y hasta ocultar mi humilde hogar, que no era una casa de cartón pero digamos que en 5 pasos la recorrías, un día me visitaron no se recuerdo porqué y pude ver sus miradas atónitas y yo me dentro mi hundía en la vergüenza.
Así que fuí creciendo como queriendo ser quién no era, queriendo ocultar quien era y lo peor de todo siendo alguien que al final era un invento, introvertido, muy callado, poco participativo, que no toma riesgos, pero todo con tal de ser el centro de las miradas y evitar el juicio a quién era.
La verdad es que, ahora pensando con calma y cabeza fría, nadie me juzgó, sólo fui yo, coloqué en las personas lo que quise colocar, sus miradas eran lo que quería pensar que miraban, en otras palabras, el punto no era que complacía a los demás, era que me despreciaba a mi mismo.
Fui entendiendo que debía dejar de ocultarme, que debía dejar ese invento de otra personalidad, porque no sólo no es sano sino que es ultra desgastante, vivía una vida como si no fuera la mía, como si fuera la de un tercero y me sentía obligado a verla desde que me levantaba hasta que dormía, imaginense, ni siquiera mi propio hijo lo disfrutaba porque lo veía como un niño que era hijo de una persona en el cual yo estaba atrapado! El grado de desdoblamiento es tal que me cuesta recordar muchas cosas porque simplemente no le prestaba atención a la vida que se me pasaba por el frente sino haciendo un esfuerzo descomunal por ser otra persona y hasta incluso soñaba con ser otra persona, tenía un personaje con una suerte de héroe que en mis tiempos libres imaginaba y me consumia, vivía fatigado físicamente porque me mente tenía que hacerse cargo de mi vida, la persona que inventaba ante los demás y la persona que imaginaba que podía ser, tenía casi constatemente que hacerme cargo de 3 personajes!!
Así que un día me percaté del error escarbando casi que a nivel de interación n+1 en mi infancia y voilá me di cuenta, ahí estaba frente a mí todo este tiempo, el problema no era el futuro, ni el pasado, ni los demás, era yo sumido en una inocente crítica que se fue conviertiendo en un bola de nieve creciente, indetenible y perjudicial.
Ahora se esfumó el personaje que imaginaba, tengo más conciencia de quién soy y no lo juzgo, soy yo, con los errores y mañas, sin dinero o con dinero, lo importante es que más allá de aceptarlo, nunca más tenga ni deba modificarle nada para agradarle a nadie, soy así y ahora por fin, me gusta quién soy al menos no es tarde pero lamento mucho no haberme dado cuenta, siento que no viví mi vida, pero mejor tarde que nunca.
Mi recomendación: Nunca se desprecien a sí mismos, ni un poquito, porque ser una chispa en medio de mucho combustible que puede costar años en apagar.
Suerte!!
9 junio, 2020 en 5:58
Gustavo, gracias por compartir tu experiencia, he sido afortunado de leerte pues me vi reflejado en tu relato, tus palabras y tu reflexión entorno a tu ser verdadero, han resonado en mi con tal fuerza, que he podido ver todo el castillo de arena que he construido para ocultarme a mí mismo de los demás y de mi consciencia. Espero que quienes estén atravesando por esta difícil situación de negar su esencia, se reconecten a través de todos estos comentarios y pro supuesto de este artículo tan maravilloso.
2 septiembre, 2021 en 3:10
Relataste literalmente lo que yo hacia, ocultar a la gente que conozco, usar muchos roles en distintos contextos, imaginar en mis tiempos libres una especie de «super heroe», aun no tengo hijos pero si sentia que si los tuviera me pasaria algo parecido a lo que dijiste, gracias por compartir tu experiencia me ayudaste mucho a encasillar la emocion que sentia, ahora vere que cosa de mi infancia la causo…
2 septiembre, 2021 en 3:11
Relataste literalmente lo que yo hacia, ocultar a la gente que conozco, usar muchos roles en distintos contextos, imaginar en mis tiempos libres una especie de «super heroe», aun no tengo hijos pero si sentia que si los tuviera me pasaria algo parecido a lo que dijiste, gracias por compartir tu experiencia me ayudaste mucho a encasillar la emocion que sentia, ahora vere que cosa de mi infancia la causo…